2023 ha sido el primer año en el que Entrepatios Las Carolinas, el primer cohousing ecológico de Madrid, ha producido más energía de la que ha consumido, un hito alcanzado gracias, en gran parte, a la optimización de los consumos y de la instalación fotovoltaica de 32 kWh de la azotea, pero también a unos vecinos y vecinas concienciados y a los estándares pasivos y bioclimáticos que guiaron la construcción del edificio.
El cliché es cierto; en países nórdicos como Suecia o Finlandia nos llevan bastante ventaja en lo que a sostenibilidad e innovación arquitectónica se refiere. Allí existen ya muchos ejemplos de viviendas, en muchas ocasiones unifamiliares, que generan más energía de la que consumen valiéndose de los principios de la arquitectura pasiva y bioclimática. Sin embargo, ya se está demostrando que esto no es patrimonio exclusivo de los países nórdicos. Entrepatios Las Carolinas se ha convertido en el primer edificio de vivienda colectiva que genera más energía de la que consume en España –al menos que nosotros sepamos-, algo especialmente relevante en un contexto, el europeo, en el que empiezan a sonar con fuerza conceptos como Edificios Energy + o Edificios de Energía casi Nula.
Bajo estas líneas os detallamos, por un lado, el rendimiento energético de Entrepatios Las Carolinas durante 2023. Desde marzo hasta septiembre se produjo más de lo que se consumió. Por otro lado, la imagen de la derecha muestra la comparativa interanual de generación y consumo: en 2023 se consumieron 52.435 kWh y se produjeron 57.250 kWh.
Si extrapolamos estos datos a los edificios que estamos levantando en Distrito Natural -tanto Pirita como Tomás Bretón son edificios pasivos con instalación fotovoltaica en la azotea-, nos salen unos 3 MWh por vivienda que, multiplicados por las 23.000 viviendas necesarias para cubrir la demanda sólo en Madrid en los próximos años, arrojarían un resultado de 69.000 MWh. Por no hablar del ahorro de agua y disminución de emisiones de carbono que implica nuestra metodología, aunque de eso os hablaremos otro día.
Pero si todos estos números macro no os dicen nada, seguid leyendo, porque os vamos hablar de lo que os podéis ahorrar en vuestra factura minimizando consumos y produciendo vuestra propia energía.
Ahorro en la factura energética y cuidado del planeta
¿Por qué es tan importante minimizar el consumo de energía, especialmente si proviene de energías fósiles, y autoabastecerse de energía limpia como la solar?
Entre las muchas medidas que prevé la nueva directiva de Eficiencia Energética de los Edificios de la UE (EPBD), está la de la obligatoria reducción del consumo medio de energía en un 16% en 2030 y entre el 20 y el 22% en 2035. Asimismo, de aquí a 2040 se deberán eliminar las calderas de combustibles fósiles de los edificios residenciales.
Si el cuidado del planeta te da igual -que sabemos que no, ¿por qué estarías leyendo este post si no?-, también tenemos un argumento de peso para ti: con la reducción del consumo y el autoabastecimiento a través de fotovoltaica vas a ahorrar en tu factura.
Un ejemplo práctico: en julio de 2023, probablemente el mes más caluroso del año más caluroso hasta la fecha –casi nada-, la comunidad de Entrepatios Las Carolinas sólo tuvo que pagar 1 céntimo de euro por su factura de la luz. En este artículo detallamos el rendimiento energético del edificio durante el pasado verano.
Usuarios prosumidores
Esto es sólo el principio. Generar excedente energético y no poder utilizarlo es, a todas luces, un atraso. Por eso apostamos por un modelo energético descentralizado; un sistema que convierta a los usuarios y usuarias en prosumidores –productores+consumidores-, que permita almacenar el excedente in situ, ya sea a través de baterías de sodio o aprovechando las baterías de los coches eléctricos, que propicie la creación de comunidades energéticas y que, en definitiva, aumente la autonomía energética de las personas.
En este sentido, es especialmente relevante el estudio ‘Más allá de la movilidad sostenible‘ que el pasado septiembre publicó la Fundación Renovables. En él se hablan de las muchas maneras de aprovechar el excedente, ya sea a través de la llamada carga bidireccional y las comunidades energéticas -o de la combinación de ambas-. Con la carga bidireccional el usuario puede utilizar libremente la electricidad almacenada en la batería del coche para abastecer los consumos de su vivienda. Las comunidades energéticas permiten que sus socios y socias generen, gestionen y consuman su propia energía, pudiendo compartirla o venderla.
Como veis, contamos con el conocimiento técnico y la metodología adecuada para alcanzar la autonomía energética, y, aunque todavía el margen de mejora es muy amplio -sobre todo a nivel normativo-, nuestras viviendas pueden ya cuidar del planeta, convertirse en vectores de resiliencia climática y, además, hacer que los vecinos y vecinas ahorren en sus facturas.