En su libro Diseñando Culturas Regenerativas, Daniel Christian Wahl concreta que hablar de sostenibilidad en sí ya no es suficiente, si no que debemos ir un paso más allá. Por ello, desde hace unos años el concepto de «culturas regenerativas» o «regeneración» gana cada vez más peso.
Las culturas regenerativas hacen referencia a una forma de vida más consciente, resiliente y adaptable con el medio natural que nos rodea, priorizando el bienestar común, la conservación de la biodiversidad y una economía que permita el desarrollo de las naciones sin comprometer los recursos naturales del planeta, abogando por una transformación de raíz: desde los modelos de producción hasta las estructuras sociales.
De esta forma, podemos afirmar que quizás no existan dos «culturas regenerativas iguales» ya que en cada lugar del mundo, las condiciones y necesidades para crear una comunidad próspera son diferentes.
A escala internacional, estos conceptos llevan trabajándose algunos años, mientras que en España apenas se están empezando a escuchar. Por ello, desde Distrito Natural queremos acercar, por segunda vez, que són las culturas regenerativas y su importancia a la sociedad.
Del 19 al 22 de abril de 2023 llegan las II Jornadas REGEN: un encuentro centrado en nuevas formas de vida, donde más de 40 voces acreditadas arrojarán luz sobre las últimas tendencias en culturas regenerativas, construcción ecológica, descarbonización y energías limpias, así como temas de carácter social (nuevas pedagogías, masculinidades, comunicación social…) y nuevos escenarios vitales para habitar un mundo más humano y que responde a los retos que nos plantea el planeta.
Estas jornadas las organizamos entre el equipo de Distrito Natural y TRIPLE Coworking siendo un evento multicanal único y pionero en España.
Las culturas regenerativas en la arquitectura o cómo los edificios deben actuar como ecosistemas vivos
Desde Distrito Natural creemos que una nueva forma de vivir es posible y todo ello, se refleja en nuestras promociones de coviviendas ecológicas, acciones como compensar nuestra huella de carbono plantado del Bosque de Distrito Natural en Robledillo de la Jara o la organización de las Jornadas REGEN, con el objetivo de transmitir y sensibilizar acerca de las culturas regenerativas.
“Los edificios deben considerarse como organismos vivos, autosuficientes, que posibiliten la construcción de relaciones de apoyo y cuidados”. Esta premisa de nuestro CEO y reconocido arquitecto Iñaki Alonso, la seguimos desde nuestros orígenes. Es posible crear proyectos de cultura regenerativa en casi cualquier sector. Sin embargo, por la parte que nos toca, vamos a explicar el impacto y la importancia de esta corriente en la arquitectura.
Regenerar los ecosistemas
Cualquier acción conlleva un impacto en el medio ambiente. De nuestra mano está que ese impacto sea el mínimo posible o que incluso sea positivo. Hemos pasado de construir edificios que generan grandes cantidades de emisiones, consumo y residuos a otros cuyo balance de dióxido de carbono emitido es prácticamente cero. En nuestro caso, todas nuestras promociones cuentan con el certificado de CO2 nulo otorgado por Ecómetro.
Esto es posible gracias a la construcción con materiales procedentes de una gestión sostenible, productores de energía limpia y construcciones 100 % electrificadas, sin combustibles fósiles. El futuro son edificios capturadores de carbono, que funcionan de forma similar a un bosque, como por ejemplo la Torre Pirelli en Milán que equivale a una floresta de 10.000 m2 en plena urbe. Además, la vegetación en ciudades como Madrid, ayudaría a reducir enormemente el efecto “isla de calor” en verano, regulando las temperaturas y mejorando el bienestar de la ciudadanía.
Otro gran reto para la arquitectura moderna (y las culturas regenerativas) es conseguir que los residuos pasen a ser materias primas y tengan un nuevo ciclo de producción. De esta forma, se reduce la cantidad de desechos y el consumo de nuevas materias primas.
Edificios saludables sin renunciar a la tecnología
Mejorar la calidad del aire es un reto de las grandes ciudades. Se calcula que una de cada cinco personas fallecen por consecuencia de la alta contaminación ambiental de las urbes.
Podemos construir edificios y viviendas con una correcta ventilación de los espacios y mejorar la calidad del aire interior, a la vez que se prima por un buen aislamiento y hermeticidad, con el objetivo de ganar confort térmico y acústico. Lo que se traduce en el bienestar de los habitantes de los inmuebles.
En relación a la tecnología, monitorizar los consumos de agua y energía permite conocer puntos de mejora y actuar en consecuencia para reducir los gastos derivados a estos consumos y disminuir así, la dependencia energética de la red eléctrica.
Crear conexiones humanas
En el aspecto social, las relaciones humanas también son muy importantes. Aunque vivimos “más conectados que nunca”, los índices de ansiedad, depresión y suicidio han crecido desde la pandemia, especialmente entre las personas más vulnerables. Esto se debe a que vivimos en un mundo hiper-individualizado, en el que estamos aislados y nos sentimos solos. De hecho, en países como Japón están apostando por crear un Ministerio para la Soledad.
En Distrito Natural no levantamos promociones, construimos coviviendas que apuestan por la colaboración y cooperación vecinal. Lo raro es que nos de vergüenza pedirle sal a nuestra vecina o no saber siquiera quién vive en el piso de abajo. Por esta razón, la arquitectura también juega un papel importante en crear espacios comunes y no fomentar la atomización de los vecinos y vecinas.
En resumen, las culturas regenerativas no buscan una pérdida de progreso o que debamos vivir como se hacía hace un par de siglos, pero sí abogan por un desarrollo económico resiliente donde las personas y la naturaleza están en el centro.
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